Escobedo.- Las autoridades de Escobedo lograron detener una serie de incidentes que habían generado preocupación entre los habitantes de la Colonia Pedregal del Topo Chico.
Durante varios días, se reportaron daños a camiones urbanos, vehículos particulares y a fachadas de viviendas, lo que ocasionó molestia y temor entre la comunidad.
Fue durante las labores de vigilancia cuando los equipos de seguridad detectaron que el sospechoso actuaba principalmente durante la noche, aprovechando la poca visibilidad para ocultarse entre la vegetación de las faldas del Cerro del Topo Chico.
Desde ese punto lanzaba piedras y objetos contra las unidades de transporte público particularmente de las rutas 220 y 232 así como hacia automóviles y domicilios.
El operativo de búsqueda se reforzó con tecnología especializada. La Policía de Escobedo empleó drones equipados con cámaras térmicas e inteligencia de rastreo, lo que permitió ubicar con precisión a la persona identificada como Julián “N”.
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Con la localización exacta, elementos de Proxpol se movilizaron en campo y lograron detenerlo sin incidentes.
Posteriormente, el hombre fue trasladado y puesto a disposición del Ministerio Público bajo la acusación de causar daños en propiedad ajena.
En otros hechos, ‘no es cantina’: Conductora reclama a pasajeros por tirar basura en el camión
El pasado 2 de octubre, una operadora de la unidad de transporte público 527 Frausto (que recorre municipios como Juárez y Apodaca en la Zona Metropolitana) utilizó las redes sociales para denunciar y reclamar el mal comportamiento de los usuarios que dejan basura dentro del vehículo.
En un video compartido, la conductora se mostró barriendo el piso del camión y recolectando una cantidad considerable de latas de cerveza, vasos desechables y plásticos.
La transportista fue enfática en su queja: "No es un tiburio, no es un congal, un prostíbulo, una cantina", cuestionando por qué los pasajeros exigen unidades nuevas si no las cuidan.
El video desató una ola de comentarios de otros usuarios que se unieron al reclamo, señalando la falta de cultura y el abuso de los pasajeros que tiran o "olvidan" sus desechos.
Las quejas de los operadores de transporte público son recurrentes y se extienden a otros comportamientos problemáticos, como la falta de respeto a las normas de convivencia.
Las molestias más comunes reportadas incluyen bloquear puertas y pasillos, solicitar la bajada fuera de paradas autorizadas, e incluso la agresión verbal o física hacia el conductor por discusiones sobre tarifas o paradas.