Estados Unidos.- Tras más de 30 años en prisión, Erik y Lyle Menendez tienen, por primera vez, la posibilidad de obtener la libertad condicional, luego de haber sido condenados en 1996 a cadena perpetua por el asesinato de sus padres, José y Kitty Menendez, en su mansión de Beverly Hills en 1989.
Su elegibilidad fue posible luego de que un juez redujera sus sentencias el pasado mes de mayo y, ya que eran menores de 26 años al cometer los crímenes, según las leyes de California, tienen derecho a presentar su caso ante la Junta de Libertad Condicional de ese estado.
La defensa sostiene que los hermanos actuaron en defensa propia tras años de abuso sexual por parte de su padre, mientras que la Fiscalía asegura que su motivación fue acceder a la herencia millonaria de la familia.
Ahora, la junta evaluará de forma individual si representan un “riesgo irrazonable para la sociedad”, considerando el historial de conducta en prisión, grado de remordimiento y los planes para su reinserción social.
El proceso iniciará el jueves con Erik Menéndez y el viernes con Lyle, en audiencias virtuales desde el Centro Correccional Richard J. Donovan en San Diego. De obtener la libertad condicional, el asesor legal tiene un plazo de 120 días para revisar el caso y el gobernador de California, Gavin Newsom, podrá ratificar o rechazar la decisión.
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Más sobre el polémico caso
El caso de los hermanos Menéndez es uno de los juicios criminales más mediáticos en la historia de Estados Unidos.
Se refiere a Lyle y Erik Menéndez, dos hermanos que en agosto de 1989, cuando tenían 21 y 18 años, asesinaron a sus padres, José y Kitty Menéndez, en su mansión de Beverly Hills, California.
Los hechos
La noche del 20 de agosto de 1989, los hermanos dispararon múltiples veces contra sus padres mientras estos veían televisión en la sala. Tras el crimen, intentaron aparentar que había sido un asalto perpetrado por la mafia, pero con el tiempo las sospechas recayeron en ellos.
El juicio
El caso atrajo enorme atención mediática en los 90, con transmisiones televisadas y cobertura sensacionalista. En el primer juicio (1993-1994), los hermanos admitieron haber cometido el asesinato, pero alegaron que lo hicieron en defensa propia, asegurando que sufrían años de abuso físico, psicológico y sexual por parte de su padre, y que su madre lo permitía.
El jurado no llegó a un veredicto unánime y el juicio terminó en mistrial (nulo).
En el segundo juicio (1995-1996), no se permitió tanta evidencia sobre los abusos alegados, y fueron condenados por asesinato en primer grado.
La sentencia fue cadena perpetua sin derecho a libertad condicional.
Relevancia
El caso abrió un fuerte debate sobre abuso intrafamiliar, violencia, privilegio económico y el papel de los medios en los juicios. Se convirtió en un fenómeno cultural, con series, documentales y dramatizaciones (como en Law & Order True Crime: The Menéndez Murders).