Monterrey.- El fracking, o fracturación hidráulica, es una técnica que ha revolucionado la extracción de hidrocarburos, permitiendo obtener gas y petróleo de zonas donde antes era imposible. Para hacerlo, se inyecta a alta presión una mezcla de agua, arena y productos químicos en las rocas del subsuelo, lo que provoca pequeñas fracturas por donde los hidrocarburos pueden escapar y ser extraídos.
A simple vista, parece un proceso eficaz, pero el problema viene cuando se consideran los impactos ambientales. Y es que esta técnica ha sido criticada por su potencial para contaminar el agua, el aire y generar pequeños sismos.
Los puntos más polémicos del fracking
Contaminación del agua
Una de las mayores preocupaciones es que el agua utilizada en el fracking, que lleva consigo químicos, pueda filtrarse y contaminar fuentes de agua subterránea. Además, el agua que regresa a la superficie puede ser tóxica.
Emisiones de gases
El fracking libera metano, un potente gas de efecto invernadero que contribuye al cambio climático. Además, puede liberar compuestos orgánicos volátiles que afectan la calidad del aire.
Sismicidad inducida
Se ha observado que el fracking puede desencadenar pequeños terremotos en las zonas donde se practica, lo que preocupa a las comunidades cercanas.
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Impactos en la salud
Algunos estudios han señalado que las personas que viven cerca de las áreas de fracking pueden estar expuestas a sustancias que causan problemas respiratorios, trastornos hormonales e incluso cáncer.
¿Qué se está haciendo para reducir los impactos del fracking?
Aunque el fracking tiene riesgos, en algunos lugares donde aún se practica se están tomando medidas para mitigar sus efectos. Aquí te mencionamos algunas:
Regulación más estricta
En muchos países se han endurecido las leyes para controlar el uso de químicos en el fracking. Ahora se exige a las empresas revelar qué productos están utilizando y se establecen límites para reducir los riesgos.
Tratamiento del agua: Se están desarrollando tecnologías para tratar el agua contaminada tras el fracking y reducir su impacto en los ecosistemas.
Monitoreo de terremotos
Las zonas donde se practica fracking están siendo monitoreadas de manera más rigurosa para detectar cualquier señal de actividad sísmica, de modo que se puedan tomar medidas antes de que ocurran problemas mayores.
Hacia una energía más limpia: el futuro sin fracking
A pesar de estos intentos por “mejorar” el fracking, cada vez más expertos coinciden en que el futuro de la energía debe estar centrado en fuentes más limpias y renovables, como la solar, eólica o geotérmica. Estas energías no solo son más sostenibles, sino que también representan una oportunidad para reducir nuestra dependencia de los combustibles fósiles y proteger el medio ambiente.
El dilema del fracking
El fracking sigue siendo una técnica controvertida por sus impactos en el medio ambiente y la salud, a pesar de los esfuerzos por regularlo y reducir sus efectos negativos. Mientras algunos países buscan mejorar sus prácticas para mitigar riesgos, la tendencia global apunta a abandonar este método y centrarse en la transición hacia energías más limpias y sostenibles. Al final, el futuro parece estar en fuentes de energía renovables que no solo son menos dañinas para el planeta, sino que también ofrecen soluciones a largo plazo para nuestras necesidades energéticas.