Monterrey.- El encuentro entre el pan de muerto y una bebida caliente representa mucho más que una simple combinación gastronómica, es un ritual que fortalece la memoria y mantiene viva la tradición durante el Día de Muertos en México.
En cada hogar, la elección de la bebida que acompaña este pan es tan significativa como el propio acto de compartirlo. Ambas prácticas contribuyen a honrar a quienes ya partieron y a preservar las costumbres familiares.
El pan de muerto, con su inconfundible aroma a azahar y naranja, su textura esponjosa y su cobertura de azúcar, se convierte en el centro de una experiencia sensorial que invita a la pausa, la convivencia y el recuerdo de los seres queridos.
Chocolate caliente
Entre las opciones más emblemáticas se encuentra el chocolate caliente, elaborado con cacao, canela y leche o agua, batido con molinillo hasta lograr una espuma característica. Su sabor profundo y ligeramente amargo equilibra perfectamente la dulzura del pan de muerto, y su consumo se disfruta tanto en las ofrendas como en los hogares, consolidándose como una de las costumbres más arraigadas de la temporada.
Champurrado
Otra bebida que ocupa un lugar especial es el champurrado, preparado con masa de maíz, chocolate, canela y piloncillo. Su consistencia espesa y sabor reconfortante lo hacen ideal para los días frescos, aportando una textura envolvente a cada bocado de pan.
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Café de olla
De manera similar, el café de olla, con piloncillo, canela y, en ocasiones, clavo o cáscara de naranja, ofrece un aroma envolvente y un dulzor equilibrado que realza la experiencia del pan de muerto, ya sea durante la mañana o en visitas nocturnas a los altares.
Atole de cempasúchi
El atole de cempasúchil, innovador y aromático, utiliza flores comestibles de cempasúchil, masa de maíz, canela y piloncillo, evocando el resplandor de las ofrendas con su color dorado y sabor floral. Para quienes buscan opciones más suaves, el atole de vainilla y el atole de arroz brindan dulzura moderada y textura cremosa, ideales para niños o personas que evitan la cafeína.
Infusiones de hierbas mexicanas
Las infusiones de hierbas mexicanas, como anís, manzanilla o hierbabuena, y la leche dorada, preparada con leche vegetal, cúrcuma, canela, jengibre y un toque de miel, son alternativas reconfortantes y saludables que complementan la tradición.
Acompañar el pan de muerto con estas bebidas no solo enriquece el sabor, sino que también refuerza un ritual lleno de significado, memoria y tradición, manteniendo viva la conexión con las raíces culturales y con quienes ya no están.