Nuevo León.- Aunque hoy solo queda en la memoria de algunos y en los archivos de la prensa local, hubo un tiempo en que un restaurante en Nuevo León llamó la atención por un hecho insólito: un oso que tomaba cerveza.
Esta historia ocurrida hace más de 70 años, convirtió al lugar en una leyenda popular de la región. Pero, ¿Qué fue de aquel restaurante que mezcló la vida silvestre con la vida social regiomontana?
Balneario “El Álamo”
Se trataba de un centro recreativo construido durante los años treinta, cuando un pequeño conocido como “El Álamo” que gracias a su éxito fue construyendo una panadería, una gasolinera, un balneario y hasta un zoológico.
Durante la década de 1940 este centro recreativo contaba con cuatro grandes piscinas y áreas techadas para la comodidad de los asistentes de las cuales recibió a cientos de neoleoneses.
El oso que tomaba cerveza
Sin embargo, uno de los atractivos más peculiares del lugar fue un oso negro que vivía en el pequeño zoológico del centro recreativo. Lo curioso no era solo su presencia, sino una habilidad que sorprendía a todos: sabía tomar refresco y cerveza, según recuerdan quienes lo conocieron.
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El animal, conocido cariñosamente como “Chicho, el oso del Álamo”, se convirtió en una figura emblemática del sitio y en una de las anécdotas más recordadas por los visitantes de aquella época.
De acuerdo con algunos grupos de Facebook sobre la “Nostalgia de Monterrey”, así como los habitantes del municipio de Santiago recuerdan que el oso era delgado con un tamaño aproximado de 130 centímetros y el cual pesaba entre 100 y 120 kilos.
Según la historia mencionan que el oso “Chicho” escapó en una ocasión rumbo a la sierra de Santiago, no obstante pese a sus búsquedas no pudo ser localizado, hasta que un día el animal regresó por su propia cuenta.
Así lo recuerda las personas
El oso “Chicho” fue parte de la infancia de muchos, por lo que muchos regiomontanos lo recuerdan con gracia y amor.
A través de un grupo de Facebook conocido como “Nostalgia Monterrey” relatan los recuerdos de este oso.
“Si no me equivoco ese oso estaba en el Álamo y tomaba cerveza, y se murió de viejo, se caía de tomado y se quedaba dormido y en un par de horas se despertaba y seguía tomando, porque a los turistas les gustaba ver que de un sorbo se acababa la cheve.”
“Qué recuerdos, mi abuelito nos llevaba a comprar turcos (en la cajita, ¿recuerdan?) y a ver el oso”
“pues mira hace ya varios añossssss tenia como 6 años cuando iba para allá al Álamo y ver el restaurant con el enorme sombrero de charro!”
¿Qué pasó con el lugar?
El fin del restaurante fue durante el año 1990 cuando algunos negocios cercanos a este fueron deteriorados por un huracán impactó la zona y arrasó con gran parte de las instalaciones, ubicadas cerca del río, lo que marcó el inicio del abandono de este emblemático sitio.
Con el paso del tiempo los terrenos fueron abandonados y vendidos. Actualmente el lugar ocupa tiendas de conveniencia y algunos terrenos ocupados por maquinaria pesada; por lo que las fotografías son el único testimonio de lo que un día fue este lugar.
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