México.- Aunque muchos lo conocen por ser la inspiración de los huargos en Game of Thrones, el lobo terrible (Aenocyon dirus) fue un animal real que caminó por América del Norte hace más de 10,000 años.
Mucho más musculoso y robusto que el lobo gris actual, estaba adaptado para cazar animales grandes como caballos, bisontes e incluso mamuts.
Fósiles encontrados revelan que no era un corredor veloz, sino un depredador de fuerza.
Su cuerpo poderoso, con patas gruesas, cabeza ancha y mandíbulas fuertes, lo hacían perfecto para derribar presas enormes durante la Edad de Hielo.

¿Por qué se extinguieron los lobos terribles?
A medida que el clima de la Tierra cambió drásticamente hace unos 12,000 años, muchas de las grandes presas de los lobos terribles desaparecieron.
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La extinción de mamuts, caballos salvajes y otros herbívoros fue causada por una combinación de factores: el calentamiento global natural y la presión de la caza por parte de los primeros humanos en América.
Sin su fuente principal de alimento, el lobo terrible no logró adaptarse a cazar presas más pequeñas o a competir con otros depredadores más ágiles, como el lobo gris.
Así, su linaje terminó, permitiendo que los lobos grises se expandieran por todo el continente.
¿Cómo lo están trayendo de vuelta?
Científicos de Colossal Biosciences lograron secuenciar el ADN de fósiles de lobos terribles de hasta 72,000 años.
Usando la herramienta CRISPR, editaron genes clave en células de lobo gris para replicar características del lobo terrible.
Los embriones fueron implantados en perras sustitutas, dando como resultado crías genéticamente modificadas que se asemejan al legendario depredador.
Lobos terribles vs lobos grises: ¿eran parientes?
Aunque lucen similares, estudios genéticos revelan que no están directamente emparentados. Ambos evolucionaron por separado en América, hace millones de años.
Del mito a la ciencia
El lobo terrible fue más que una leyenda o un personaje de ficción.
Su historia real es una advertencia sobre cómo el cambio climático y la actividad humana pueden borrar incluso a los depredadores más poderosos.
Hoy, gracias a la ciencia, este ícono prehistórico podría volver a formar parte de nuestro mundo.