México.- Antes de que Florinda Meza entrara en su vida, Roberto Gómez Bolaños “Chespirito” vivió una relación de más de dos décadas con Graciela Fernández, su primera esposa y madre de sus seis hijos.
Estuvieron juntos 23 años, tiempo en el que Graciela fue su gran apoyo mientras él comenzaba a construir el imperio creativo que lo convirtió en una leyenda de la televisión.
La serie Sin querer queriendo, estrenada en Max, ha vuelto a poner en el centro esta parte de la vida de Chespirito, mostrando cómo su relación con Graciela fue determinante para su éxito.
Gracias a esta producción, viejas entrevistas y declaraciones de la pareja han resurgido, despertando nostalgia y curiosidad entre sus fans.
El adiós que marcó su vida
La historia de amor entre Chespirito y Graciela terminó cuando el comediante se enamoró de Florinda Meza, con quien mantuvo una relación hasta su muerte en 2014.
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En una entrevista para BioChannel, Graciela habló sobre lo doloroso que fue la separación:
“Esos 23 años fui muy feliz”, confesó con emoción.
A pesar de la ruptura, el respeto entre ambos nunca desapareció. Incluso, el propio Chespirito expresó tiempo después:
“La sigo queriendo, ya no es mi mujer, pero como una hermana la quiero mucho”.
El papel de Graciela en la vida del comediante
Para muchos, Graciela Fernández fue la mujer que acompañó a Chespirito en sus años más difíciles y en su ascenso como figura icónica del humor latinoamericano.
Sus hijos han declarado que, tras el divorcio, el cariño y el respeto se mantuvieron hasta el final de sus vidas.