México.- La serie “El Juego del Calamar” revolucionó el streaming y rompió récords para Netflix.
Pero lo que pocos saben es que detrás de su éxito está una historia mucho más compleja y amarga: la de su creador, Hwang Dong-hyuk, quien concibió el proyecto en 2009 cuando atravesaba una profunda crisis económica y personal.
El origen: desempleo, deudas y una crítica al sistema
Hwang Dong-hyuk escribió el guion de lo que originalmente sería una película cerrada, como una forma de canalizar su frustración hacia un sistema económico que lo aplastaba.
El concepto de personas comunes obligadas a participar en juegos mortales por dinero era una metáfora directa del capitalismo extremo. Durante años intentó vender el proyecto, sin éxito.
No fue hasta 2018 que Netflix adquirió la historia. A pesar de que se convirtió en el showrunner de la serie, el pago que recibió fue una suma única sin regalías.
Te podría interesar
El éxito rotundo de la primera temporada, que generó cerca de 900 millones de dólares, no cambió su situación económica.
El desgaste físico y la presión por continuar
Hwang Dong-hyuk confesó que hacer la primera temporada fue tan estresante que llegó a perder ocho dientes. Tras el éxito, Netflix exigió una segunda temporada.
Él se negó inicialmente, explicando que no tenía una historia lista y que necesitaba tiempo. Sin embargo, la plataforma fue clara: la propiedad intelectual les pertenecía y él debía sumarse… o quedarse fuera.
Esto lo llevó a escribir apresuradamente una nueva historia que se alargó tanto que fue dividida en dos partes. El resultado, según críticas, fue una producción más enfocada en explotar el éxito comercial que en continuar la crítica social y emocional que hizo tan poderosa a la primera temporada.
El precio del éxito: ¿qué queda del “Juego del Calamar”?
La serie pasó de ser una creación íntima y potente a un producto moldeado por intereses corporativos. La tercera temporada, en palabras de analistas, muestra una historia que “ya no da para más”, juegos poco impactantes y un drama humano que se siente superficial.
Aunque es posible que Hwang Dong-hyuk haya recibido un mejor contrato esta vez, el daño a la esencia de su obra parece irreversible.
Su historia refleja cómo incluso una crítica feroz al capitalismo puede ser devorada por el mismo sistema que pretendía cuestionar.
“El Juego del Calamar” no solo es una serie de éxito global, sino también el reflejo de cómo el talento creativo puede ser exprimido por la industria del entretenimiento.
La historia de su creador es un recordatorio de que detrás del fenómeno hay un hombre que lo dio todo, incluso su salud, para ver su visión cobrar vida.