Estados Unidos.- El partido Republicano se llevó “carro completo” ayer, pues además de la elección presidencial, le quitó el control del Senado estadounidense a los demócratas, tras conseguir al menos 51 escaños, mientras que en la Cámara de Representantes llevaba ventaja, aunque aún faltaba una cantidad considerable de puestos por definir.
El Congreso estadounidense se divide en la Cámara de Representantes, donde ayer estaban en juego los 435 puestos, y un Senado de 100 miembros, con 34 escaños en disputa este año.
Al cierre de esta edición, en el Senado los republicanos acumulaban 51 puestos, frente a 42 de los demócratas, por lo que quedaban siete lugares por definirse.
En tanto, en la Cámara baja, el partido de Donald Trump sumaba 183 bancas, frente a 154 del partido de Kamala Harris, por lo que había 98 aún por definirse.
Actualmente, y hasta el mes de enero próximo, la Cámara alta se encuentra bajo dominio demócrata, con un 51-49 al contar con los votos a favor de los legisladores independientes, mientras que la Cámara baja es controlada por los republicanos.
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Estos resultados serán de gran relevancia, pues permiten conocer el margen de maniobra con el que contará el próximo mandatario.
Si se llega a consolidar la victoria a de Trump con mayoría en los dos hemiciclos del Congreso, esto le facilitaría aplicar su agenda migratoria y de recortes fiscales, pues estas requieren la aprobación de ambas cámaras.