Monterrey.- Transformarse en Santa Claus cada Navidad implica prepararse física, psicológica y emocionalmente para traer alegría a los niños.
Así lo compartieron Juan Herrera y Marlon Pérez para ABC Noticias, quienes se dedican a darle vida a Papá Noel en esta temporada.
Desde 2013, a Juan Herrera le pareció divertido disfrazarse del emblemático Santa Claus, sin saber que sería una fuente de ingreso y que además, se convertiría en un oficio por el cual la gente lo reconocería.
Su altura de 1.95 metros le permite caracterizarse sin mayor problema y ofrecer shows en escuelas y ser quien entrega los regalos navideños en posadas o a las familias.
“Todos me dicen, oye, no manches, es un Santa Clausote; o niños me ven y dicen mamá, mamá, este es de Santa Claus de verdad, porque imagínate, una persona de 1.95 (metros) caminando. A veces (los papás) me dicen, oye, dile que se porte bien. (...) ya ves la mirada de sorpresa (de los niños)”, describió.
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Por su parte, Marlon Pérez pertenece a la compañía de teatro Trending Show Monterrey, y tiene un año vistiéndose de Santa y otros personajes navideños.
Explicó que no solo los niños disfrutan de la ilusión, también lo hacen los adultos mayores quienes para él, se transforman en pequeños de nuevo.
“Y no solo los niños, hay principalmente adultos mayores, que se acercan con mucha ilusión, que te abrazan y que se les borra por un momento que eres una persona interpretando personajes (...) te dan cariño como si fueras el verdadero Papá Noel”, dijo.
Juan y Marlon coinciden que el vestuario completo que lleva botas, abrigo, barba y maquillaje para tratar de aparentar una edad mayor como pintarse arrugas, las cejas de blanco y ponerse pupilentes, es una inversión que puede ser de hasta cinco mil pesos. Aunque es una inversión fuerte, ambos coinciden que vale la pena con tal de ver la cara de felicidad de los niños.