Monterrey.- Al igual que Agua y Drenaje de Monterrey, los diputados locales pidieron a los ciudadanos de Nuevo León ser más precavidos en el uso del agua, esto, al revelarse que el consumo aumentó a más de 15 mil litros por segundo en la última semana.
No obstante, es comprensible que la gente haya relajado las medidas al estar enterados de las recientes precipitaciones en la ciudad, y el hecho de que las presas tengan hoy en día más almacenamiento que en las épocas más duras de la crisis hídrica, según el diputado local, Raúl Lozano.
“La pelota está en cancha de los ciudadanos, y más que nunca tenemos que cuidar este vital líquido porque vienen los peores meses: mayo, junio, julio y agosto, son los peores meses respecto a la comparativa del año pasado. (...) Hoy está en manos de los ciudadanos cuidar el agua que tenemos en nuestras presas”, refirió el legislador del Partido Verde Ecologista.
Asimismo, el diputado Raúl señaló que los programas de recortes son una medida a la que no se debe llegar, pues en áreas como García, Escobedo o El Carmen la afectación sería mayor que en otras, y ya de por sí sufren con la modulación de presiones, ya que sale poca agua de la llave.
Por su parte, el coordinador de la fracción de Movimiento Ciudadano, Eduardo Gaona, consideró que el controlar la presión de las tuberías ha tenido éxito en su aplicación, y de hecho, aún no es tiempo de que la población consuma los 16 mil litros por segundo, que es el nivel adecuado que señala el plan maestro para garantizar el abasto que el Gobierno estatal presentó el año pasado.
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“Cuando eso suceda (consumir los 16 mil LPS) pues ya podemos estar hablando de que estaríamos más holgados en la ciudadanía para el consumo del agua, pero hasta que no tengamos asegurada esa parte, no podemos estar pensando en consumos que estén por encima de los 15 mil litros por segundo”, puntualizó el diputado.
Lozano, opinó que la crisis hídrica aún no se termina dado que no se han concluido las obras que contribuirán en el suministro, mientras que Gaona dijo que está controlada, pero existe un estrés bajo en el que a las presas no se les debe extraer agua en una escala mayor respecto a los niveles de líquido que tienen actualmente.