Monterrey.- El Tecnológico de Monterrey y su comunidad educativa lamentan profundamente el fallecimiento del profesor y exrector David Noel Ramírez Padilla, a sus 75 años, quien dirigió la institución entre 2011 y 2017.
Su legado como líder académico y su impacto en la formación de generaciones de estudiantes dejan una huella imborrable en la educación y en la sociedad.
En sus redes sociales David Garza Salazar, presidente ejecutivo del ITESM, confirmó el fallecimiento del reconocido profesor quien contaba con más de medio siglo de trayectoria.
“En sus más de 55 años de trayectoria en el Tec, fue un extraordinario profesor, director de carrera, departamento académico y división, rector de zona y rector del Tecnológico de Monterrey” escribió David Garza.
Además de profesor, Ramírez Padilla también era reconocido como un mentor, un guía y un amigo cercano para sus alumnos, quienes lo recordarán por su vocación docente y su calidad humana.
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A lo largo de su trayectoria, recibió múltiples reconocimientos, entre ellos la distinción de Caballero de la Orden de San Gregorio Magno, otorgada por el Papa Juan Pablo II, la Presea a la Participación Ciudadana Ricardo Margain Zozaya y el Premio al Mérito de Vida del Club Harvard de exalumnos en Monterrey. También fue un prolífico autor y conferencista, transmitiendo su conocimiento y valores a lo largo del país.
Originario de San Juan de los Lagos, Jalisco, llegó al Tec en 1967 como estudiante becado y, desde entonces, su vínculo con la institución nunca se rompió. Impartió clases de manera ininterrumpida por más de 110 semestres, dejando una enseñanza que trascendió las aulas.
Durante su gestión como rector, impulsó una visión de formación integral basada en valores, ética y responsabilidad social. Su concepto de "hipoteca social" promovió la importancia de retribuir a la comunidad y construir una sociedad más equitativa, inspiró a estudiantes, docentes y colaboradores con su sencillez, cercanía y compromiso con la educación de calidad.
Tras su retiro, continuó impartiendo clases y apoyando diversas causas, en especial aquellas orientadas a brindar oportunidades a estudiantes con recursos limitados, además su liderazgo trascendió las fronteras del Tec, siendo consejero en empresas, asociaciones civiles y organizaciones religiosas.
También presidió el Consejo Cívico de las Instituciones y el Instituto de Contadores de Nuevo León, consolidando su influencia en el ámbito académico y social.
En su testamento se cuenta un decálogo de peticiones para su familia:
- Sean honrados. No busquen hacerse ricos rápido y fácilmente. Recuerden que la confianza se gana en abonos y se pierde al contado.
- Sean emprendedores. En la vida vale más fracasar por intentar el triunfo, que dejar de triunfar por el miedo al fracaso.
- Sean resilientes. El éxito fraguado en la adversidad es más valioso y sabe mejor.
- Sean auténticos ciudadanos. No se quejen de lo que pasa en la sociedad, transfórmenla.
- Sean solidarios. Pagar nuestra hipoteca social no es una opción, es una obligación.
- Cuiden y fortalezcan a su familia cuando la tengan. Ningún éxito personal o profesional justificará el fracaso de su familia.
- Remen contracorriente. Hagan suya la enfermedad incurable de luchar siempre por la verdad.
- Sean tolerantes, justos e incluyentes. Quien menosprecia a una persona profana su dignidad, nunca lo hagan.
- Renuncien a la mediocridad. Hagan de su vida una obra maestra, no una obra fallida.
- Hagan de Dios su mejor amigo, su aliado y mentor.
Más allá de los títulos y distinciones, David Noel fue un esposo, padre y abuelo excepcional, su legado permanecerá vivo en el Tec de Monterrey y en la sociedad, a través de las acciones de miles de egresados que fueron impactados por su enseñanza y ejemplo.