Madre narra el viacrucis que vive para que su hija autista sea aceptada en escuelas

La madre de familia relató que varios colegios le negaron la inscripción a su hija Florencia, a pesar de mostrar interés desde un inicio sin saber su diagnóstico.

Créditos: Yera Ramos
Escrito en LOCAL el

Monterrey.- Tras enfrentar rechazos en distintos colegios de Monterrey, Nancy Villarreal, madre de una niña de tres años con diagnóstico de autismo, utilizó sus redes sociales para denunciar la falta de empatía y preparación en instituciones tanto públicas como privadas en torno al diagnóstico de su hija.

En entrevista con ABC Noticias, Nancy relató que varios colegios le negaron la inscripción a su hija Florencia, a pesar de mostrar interés desde un inicio sin saber su diagnóstico, con argumentos que iban desde “no hay cupo” hasta respuestas directas como “no aceptamos niños con autismo”.

“En una escuela me dijeron que sólo recibían niños neurotípicos porque su sistema no estaba adaptado para lo que ellos necesitan. Hubo un caso en donde pedí informes, me hablaban todos los días dándome informes y cuando decido explicarles el diagnóstico, me dejaron de contestar”, explicó.

El caso que la hizo alzar la voz fue uno en donde un colegio la mantuvo en el proceso de admisión dos semanas, mostrándole los métodos de pago, haciendo alusión a que la pequeña podría iniciar el ciclo escolar de septiembre en esa institución para al final decirle que no había cupo.

“No pido un trato diferente, para nada, yo solamente quiero hacerles saber que yo estoy presente como mamá, cualquier herramienta que necesiten yo se las voy a dar”, afirmó Villarreal.

Florencia, dijo, es una niña alegre, curiosa y con gran capacidad de adaptación. Apenas empieza a hablar y su mamá indica que su manera de aprender y entender los tiempos es impresionante.

Tras recibir múltiples negativas, Villarreal encontró finalmente una escuela donde su hija fue aceptada.

A pesar de que al inicio no se sentía completamente confiada de esa institución, fue la apertura con la que recibieron a su familia la que la convenció de que ése sería un buen colegio para ellos.

En ese plantel, las maestras mostraron disposición para colaborar con los terapeutas y adaptar el entorno de aprendizaje. 

“Mi hija entró al colegio, me dijeron que cualquier cosa estábamos en comunicación. La primera semana que mi hija estuvo ahí, ella tardó 2 semanas y 2 días para adaptarse, la primera semana ellas me dicen que hagamos una junta. 

“Y hasta el momento te puedo decir que son unas maestras que ahorita, lo que las conozco y como me dieron esa apertura, son muy abiertas de su corazón, de su mente, me dijeron qué herramientas podemos usar con Florencia, qué le puede beneficiar, cómo te ayudamos y ahora resulta que mi hija está en una super buena adaptación”, explicó.

Con esta apertura, la madre de la pequeña explica que en el salón de clases les permitieron crear un rincón de la calma que ahora es usado por todos, demostrando que las herramientas de inclusión benefician a todos. Florencia también cuenta con una maestra sombra que está con ella durante el transcurso del día.  

Cabe señalar que todos estos recursos, incluso el salario de la maestra sombra, son cubiertos económicamente por los padres de los niños con autismo, por lo que la madre hizo un llamado a las autoridades educativas y a los colegios a fortalecer la capacitación y la empatía hacia las infancias neurodivergentes. 

“La inclusión no debe ser un favor, es un derecho. México no está preparado para el autismo, y eso tiene que cambiar, tengan apertura porque tal vez vienen muchos autistas y si no la tienen, va a quedar la escuela vacía,” concluyó.