Monterrey.- En Monterrey existen edificios emblemáticos que con el paso del tiempo se les nota el abandono. Infraestructuras que hablan de un pasado lejano y que corren el riesgo de desaparecer con el tiempo como la Clínica 6 del IMSS; el centro comercial Gran Plaza, debajo de la Macroplaza del centro o el Palacio Federal de Guadalupe.
ABC Noticias realizó un recorrido por algunas de estas construcciones que en su momento fueron un logro arquitectónico y mostraron el lado moderno de una ciudad en construcción, sin embargo, sin mantenimiento, estos están quedando en el olvido.
Todos tienen una constante, edificios emblemáticos que ahora o lucen abandonados por completo o con falta de remodelaciones que los dejan antiguos, tal es el caso del Palacio Federal en Guadalupe, el cual en esta semana que inició junio recibió informes de fallas eléctricas.
Los usuarios que van a realizar trámites federales reportaron que, por las mismas fallas, los trabajadores les pedían que volvieran la siguiente semana. Un edificio que fue considerado el primero con diseño moderno y que inició su construcción en 1928 y lo renovaron en 1963.
Otro edificio emblemático es la Clínica 6 del IMSS en San Nicolás; ahí aún asisten personas que han visto cómo el pasar de los años ha dejado huella en lo que, en 1976, cuando se inauguró era un orgullo para la zona de San Nicolás.
Te podría interesar
Dentro de la clínica la estructura no oculta que fue construida el siglo pasado. Las personas ven las reparaciones o cambios de colores de las paredes, pero no sienten que haya un rescate integral de la estructura.
“Yo llevo 10 años viniendo aquí (a la Clínica 6), no ha cambiado mucho, antes me contaban no había tantos edificios, era más terrenos sin construir; aún es un edificio bonito, pero cada vez sus instalaciones se ven más viejitas”, comenta Lucero Pérez de 65 años.
El centro comercial Gran Plaza, antes de ser abandonado debajo de la Macroplaza, durante los años 80 y 90 reunía a cientos de regiones en negocios como tiendas de ropa, lugares para jugar videojuegos, comprar dulces o una tienda naturista y los turistas disfrutaban del diseño, pues debajo de una plaza, había un centro comercial.
Fue en 1997 cuando la Gran Plaza cerró y dejó de operar, esto debido a que otras plazas empezaron a ofrecer lugares con clima o más opciones de marcas de tiendas, por lo que ahora solo son ruinas con grafitis y basura.
Urgen a reparar edificios antiguos
El cronista de Monterrey, Leopoldo Espinoza, recordó la importancia de rescatar estos edificios, pues es parte de la identidad de los regiomontanos; así sea para que continúen con sus funciones o se vuelvan espacios culturales.
“Mi opinión es que deben quedarse, pero con un buen mantenimiento, porque refleja una época, una edad de la ciudad y es interesante tener ese tipo de referencias para no perder identidad”, comenta el cronista.
También en la central de autobuses se puede ver cómo aún está funcionando, pero cada vez más deteriorada. En el caso de la Gran Plaza, el centro comercial debajo de la Macroplaza de Monterrey, ese sí está abandonado, sin embargo, se reúsan a desaparecer.
“Esta historia es más reciente, pero es historia finalmente, es el conjunto como un rompe cabezas, el desarrollo urbano y el perfil se va modificando, pero siempre se debe de mantener porque eso nos da identidad”, refirió Leopoldo Espinoza.
¿Cuáles son los beneficios de rehabilitar estos espacios?
Un caso particular de los beneficios de esta rehabilitación es la antigua Estación Central de Monterrey, un lugar que durante muchos años fue referencia por el paso del tren El Regiomontano y que ahora se convirtió en la Academia de Policía de Monterrey.
Cerca de la estación vive, desde hace 20 años, Juana Zavala y, aunque ya no alcanzó a ver la estación, sí sufrió el abandono del edificio, pues en la colonia Industrial ese sector se volvió peligroso.
“Antes de la Academia había mucho malandro, además el lugar olía feo, a animales muertos y desechos humanos; no se podía transitar de noche por la inseguridad, pero desde que está la academia todo mejoró”, comentó la señora.
La vecina considera que, a pesar de lo abandonado que se ve alrededor de la academia, hasta hace unos meses estaba peor por la cantidad de basura acumulada, por ello, pese a que a simple vista se ve aún basura o matorrales altos e incluso personas en condición de calle, para ella está mejor que antes.
Los edificios viejos, la arquitectura que no es tan antigua como para ser cuidada por instituciones de cultura o tan nuevas para combinar con el avance del tiempo, nos recuerdan a otra época, como cuando Juana aún no podía pasar por la estación del tren en Monterrey o Lucero, que imagina como era el tiempo cuando no había más que la Clínica 6 en el horizonte que daba al cerro de Topo Chico en San Nicolás.