Monterrey.- Después de más de ocho años de exigencias sociales, evidencias técnicas y omisiones oficiales, el Gobierno de Nuevo León y Petróleos Mexicanos (Pemex) anunciaron ayer una nueva serie de compromisos para reducir el uso de gasolina de baja calidad en el estado, una de las principales fuentes de contaminación en la Zona Metropolitana de Monterrey.
El gobernador Samuel García informó que, tras reuniones con la paraestatal, se acordó instalar filtros y desulfuradoras en la refinería de Cadereyta, garantizar el suministro de gasolina tipo AA —de mayor calidad ambiental—, y dotar de asfalto para obras viales rumbo al Mundial 2026, además de asegurar combustible para las unidades de la Nueva Fuerza Civil.
“Pemex se sumó para un Nuevo Nuevo León limpio y con energía. Quiero agradecer al director Víctor Rodríguez que nos va a apoyar. Vamos por aire limpio para los neoleoneses”, escribió García en redes sociales.
También solicitó la integración de Pemex a la Comisión Ambiental Metropolitana (CAMe) para coordinar esfuerzos entre los tres niveles de gobierno.
Pero este anuncio no es nuevo: la misma promesa ha circulado desde 2017 y forma parte de una demanda reiterada por organizaciones civiles, especialistas en salud ambiental y autoridades locales.
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Norma oficial, un obstáculo
El problema de fondo es la Norma Oficial Mexicana NOM-016-CRE-2016, que permite a Monterrey recibir gasolina más volátil y contaminante que la utilizada en ciudades como CDMX o Guadalajara.
Mientras allá se opera todo el año con gasolina de 54 kPa de presión de vapor, en Monterrey se permite de 79 kPa en invierno y 69 en verano.
Esa diferencia técnica tiene consecuencias ambientales graves. Según el Observatorio Ciudadano de la Calidad del Aire, la gasolina actual en Monterrey genera 83.5 por ciento más compuestos orgánicos volátiles (COV), 4.9 por ciento más óxidos de nitrógeno (NOx) y 21.7 por ciento más contaminantes tóxicos que la que se distribuye en la Ciudad de México.
Selene Martínez, directora de dicho organismo, advirtió que esto contribuye directamente a la formación de ozono y material particulado, dos de los contaminantes más críticos en la región.
En el Congreso local también se ha pedido frenar esta desigualdad ambiental. El 3 de marzo, la diputada Claudia Caballero Chávez exhortó a la Secretaría de Energía a distribuir en Nuevo León gasolina con los mismos estándares que en otras zonas metropolitanas del país.
El propio Gobernador vinculó esta problemática con el crecimiento del parque vehicular. Y es que en los últimos ocho años, el número de autos en circulación pasó de 2 a 3.1 millones, de los cuales el 70 por ciento no cuenta con verificación mecánica regular.